sábado, 25 de febrero de 2012

En tierras de la Nación Navajo - Diné Bikéyah

Los Estados Unidos de América. Qué os voy a decir que no os imaginéis?... Superhamburguesas, megaperritos calientes, coches enormes, avenidas descomunales, distancias eternas, etc... La tierra de lo exagerado. Algunas veces he llegado a pensar que tanta dimensión debe esconder algún complejo de inferioridad.
Sábado, 11 de febrero de 2012.
Llegamos según lo previsto a Las Vegas, en pleno corazón del desierto, en el estado de Nevada, a eso de las 21'00 (hora local), desde Madrid, habiendo hecho una escala en Philadelphia.
Ni que decir tiene que han sido muchas horas de vuelo pero, como viajamos siguiendo el sentido del sol, nos encontramos dentro del mismo día de la partida.
Tiempo justo para recoger el coche que tenemos alquilado, activar el gps y dirigirnos hacia el hotel que tenemos reservado en pleno corazón de la ciudad de los excesos.
Apenas tiempo para ver nada de esta urbe, tentación de ludópatas.
Una ducha rápida y a la cama que... al día siguiente comienza nuestro periplo.
Adécdota: Nuestra llegada coincide con la muerte de Whitney Houston; me impresiona la cantidad de canales de televisión que tienen como único tema su fallecimiento.
Domingo, 12 de febrero de 2012.
Madrugamos, desayunamos en una pizzería cerca del hotel y nos vamos hacía Zion National Park.
Dejamos Las Vegas con otra imagen distinta a la habitual, vacía, silenciosa e iluminada sencillamente por los primeros rayos de un sol que se adivina calcinante (al menos en ese lugar).
La interestatal 15 Norte nos conduce por el estado de Nevada, Arizona y Utah, desviándonos por St. George a la carretera que nos lleva hasta nuestro primer destino; Zion National Park. Evidentemente, al ir hacia el norte, atravesamos ya zonas de montaña y, en esas latitudes, las temperaturas ya han cambiado considerablemente. El paisaje ha dejado de ser un árido desierto (a mi parecer, lleno de escorpiones, serpientes y bichos peligrosos) para tornarse en grandes bosques salpicados por la nieve, altas cumbres de belleza sublime y cantidad de ríos y riachuelos que surcan sus valles. A la llegada al Parque, por su zona sur, tenemos claro qué es lo que queremos hacer; un sendero, el llamado Angels Landing, unos de los más hermosos y conocidos de Zion. Aparcamos el coche en el punto marcado en el mapa, The Grotto, y comenzamos la caminata. Cruzamos la carretera del Cañón y atravesamos el puente del Río Virgen y empezamos a ganar altura progresivamente, poco a poco el sendero faldea sin perder la constante subida hasta las paredes verticales del cañón. Aquí iniciamos una remontada salvando un gran desnivel. El sendero, muy bien acondicionado y de difícil pérdida, trepa en una serie de zig zags, que nos hacen ganar altura muy rápidamente. Llegamos hasta el punto llamado 'Refrigerator' por los vientos frescos que suele tener; en este caso son muy fríos dada la época del año. Después de varias zetas llegamos hasta el lugar conocido como Walter's Wiggles. Desde aquí ya se divisa el cañón en toda su magnitud, con unas panorámicas del otro lado alucinantes. Las paredes caen verticales y también podemos ver con claridad por donde discurre el sendero a partir de ahora. En este punto Livia, viendo lo que se le viene encima, decide no continuar por el vértigo que padece. Es ahora cuando hay que ayudarse por las cadenas que ofrece el sendero, ya que se tiene que atravesar un arriesgado espolón de arenisca con caídas verticales a los dos lados. Se hace uso de las cadenas durante toda la ascensión, llegando hasta el punto más alto y entendiendo entonces el nombre que recibe (donde aterrizan los ángeles). Sientes que eres un privilegiado al poder compartir ese lugar en el que los seres celestiales se posan.
Es imposible contener las lágrimas al ver tanta belleza.
La ruta en total han sido sólo 11 kilómetros pero un comienzo de aventura realmente espectacular.
De la bajada nada a destacar; ya es mucho más sencilla y, una vez que llegamos al coche, tomamos la carretera del Parque para curiosear aquí y allá en distintos rincones del mismo. La lluvia y la nieve empiezan a hacer acto de presencia y optamos, ya es media tarde, por presentarnos en el hotel que nos dará cobijo esa segunda noche, esta vez en el pueblo de Tropic, muy cerca de la ruta que preparamos para el día siguiente.
Lunes, 13 de febrero de 2012.
Tropic es un pequeño pueblo que se encuentra prácticamente a las puertas del parque que queremos visitar este día, Bryce Canyon National Park. El hotel perfecto y por la mañana nos despertamos con una nevada importante en la zona y unas temperaturas muy bajas. Cogemos el coche y vamos hasta la entrada del parque, desayunando antes en una zona de servicio muy al estilo ranchero, con un abundante desayuno típicamente americano (bacon, huevos, pan de maiz, mantequilla, etc...) Con el estómago lleno iniciamos desde el Sunrise Point nuestro recorrido, dos de los más conocidos de la zona, el Queens Garden y el Navajo Trail, terminando en el Sunset Point. Nos acompañan las nubes y una ligera nevada. La bajada a este peculiar anfiteatro es realmente impactante, cientos (por no decir miles) de altísimas chimeneas, de tierra roja petrificada, rodean y componen este valle, formas fantasmagóricas salpicadas con la nieve que le dan aún más un especial toque de hermosura. No han sido muchos kilómetros, en total yo calculo unos 7 u 8, pero tan especiales que lo terminamos boquiabiertos.
Llegamos hasta el coche y, aunque el tiempo no acompaña demasiado, seguimos hasta el interior del parque para poder ver, si se puede, las vistas de otros de sus valles desde sus distintos Points, Farview, Ponderosa y Rainbow. Al término regresamos hasta la entrada y entonces, con tan mala pata, sucede que... en la misma puerta del parque nos para, de manera algo brusca y casi cinematográfica, un coche de la policia (con sus luces y su sirena correspondiente), se nos acerca una agente (aquí debo decir que una auténtica hija de Utha) y le pide los papeles a mi hermano, que era el conductor en ese momento. Él le intenta explicar que los tiene en el maletero y hace el amago de abrir la puerta para cogerlos. La poli, inmediatamente, desenfunda su arma y a gritos nos suelta una retahila de órdenes, en ese inglés mascachicles que tienen, que nos quedamos todos más petrificados que las rocas del parque. Media hora comprobando permisos y demás. Nosotros, dentro, cagados. En conclusión, que la señal marca 30 millas y nosotros vamos a 47. Multa y susto 'pal' resto del día.
Volvemos, aún temblando, al restaurante del desayuno y decidimos aplacar nuestra tensión con una comida al más estilo ranchero americano.
Ya en la tarde, tomamos el coche y nos dirigimos a Page (Arizona) donde pasaremos los cuatro siguientes días. Y donde nos esperan más rutas.
Martes, 14 de febrero de 2012.
El frío y la nieve nos persigue y Page se despierta con un manto blanco (claro que al invierno qué se le puede pedir). Este pueblo ya es un poco más grande, está muy cerca del Lago Powel y tiene aeropuerto. La noche anterior hicimos compra en un market, Safeway, y hoy podemos llevar comida para los recorridos que tenemos previstos. Desayunamos en el hotel, que está incluído en el precio de la habitación, y salimos hacia Antelope Canyon.
No hay que hacer demasiados kilómetros en estas carreteras cubiertas de nieve para llegar a estos cañones, dos endiduras en la roca, separadas por unos cientos de metros, en las que el capricho de la naturaleza ha dado formas auténticamente mágicas. La luz de la mañana, que ya a esas horas del día esta limpia y despejada, le da a los estrechos laberintos unos juegos de sombras especiales. Sentimos que la piedra habla, se contonea y baila para nosotros. Realmente un espectáculo increíble.
Después, viendo que aún es temprano, nos proponemos hacer otra visita; esta vez hacia el oeste, cerca de la población de Big Water (Utah), para hacer otro pequeño sendero, de unos 4'5 kms., que nos lleva a ver los Toadstool Hoodoos, unas formaciones muy curiosas de las piedras asemejándose champiñones. En este lugar hacemos una parada para comer, mientras contemplamos el simpático conjunto.
Aún queda tarde por delante y, también cerca, tenemos un recorrido en coche por la Cottonwood road, una pista que bordeando el Paria River sube por el norte hasta la zona de Bryce Canyon. Al ser una pista de tierra sólo podemos llegar hasta donde el estado de la misma lo permite; aunque hacemos un largo trayecto y podemos contemplar el llamado bosque de algodón y sus formaciones rocosas con multitud de colores.
Regresamos a Page para descansar; en este pueblo estaremos cuatro noches.
Miércoles, 15 de febrero de 2012.
Hoy es uno de los días más esperados.
Para ver lo que queremos habíamos tenido que pedir un permiso especial (tres meses antes por internet) y... nos lo habían concedido. Sólo 20 personas al día pueden acceder a este sitio.
El lugar no es otro que Paria Canyon-Coyote Buttes y la ruta es el sendero que lleva a The Wave.
Desayuno, mochilas preparadas con agua y comida, al coche y... allá vamos!!!
Hoy no ha nevado pero aún quedan restos de los días anteriores y esperamos que esto no entorpezca nuestro camino.
Aparcamos el coche en el punto donde nos estaba permitido (Wire Pass), colocamos la tarjeta y comenzamos el sendero, llevando nuestro permiso siempre con nosotros para evitar cualquier percance con los rangers, que aquí ya hemos visto que las cosas legales se las toman a punta de pistola...jejeje.
El sendero parece claro, cada cientos de metros señalizado por un montículo de piedras. El paisaje va dejando la tierra y la escasa vegetación por roca. Roca pura y dura pero, eso sí, con unas formas retorcidas especiales que le dan al entorno un aire tremendamente sobrecogedor.
Llegamos a un punto en el que la piedra parece que habla, se mueve, danza a nuestro alrededor y nos hace sentir en un paraje único y especial. Los colores se entremezclan y se pueden apreciar los grises, los negros, los ocres, los amarillos, los verdosos, los blancos y los rojos en una armonía de formas onduladas que nos atrapa.
Por fin, y desde un estrecho pasadizo de arena, se nos presenta la subida hacia la recompensa, hacia la cumbre de una sierra petrificada, diseñada artísticamente para enseñarnos su tesoro; The Wave.
No hay palabras para definir esta maravilla. Ni siquiera las imágenes pueden reflejar la magnitud y la belleza de este rincón que los milenios y la Naturaleza ha fabricado pacientemente.
Descargo sobre ella cientos de fotos, quiero llevarla conmigo, no sólo en mi mente... también en cada instantánea.
Creo no equivocarme cuando digo que nos ha dejado enamorados.
Comenzamos el regreso, por el mismo sendero, hacia el coche. Ya a pocos metros del auto nos comienza a nevar ligeramente y decidimos comer dentro del vehículo. Esperamos que cese la nevada para tomar una u otra decisión pero, viendo que no paraba, regresamos al hotel.
Eso sí, maravillados.
Jueves, 16 de febrero de 2012.
Otro día más en Page.
Quizá os preguntéis... 'Tanto hay por ver en esa zona?' Ver, ver, hay muchas cosas pero... Importante aún queda algo más. Y hoy es el día.
Dentro del  Paria Canyon-Coyote Buttes, además de The Wave, está uno de los cañones, con el recorrido más largo, profundo y hermoso del mundo; este no es otro que Buckskin Gulch.
También os preguntaréis... 'Pero si hace falta un permiso para entrar!!!' Pues, mira tú por dónde, nos concedieron dos; uno para el día 15 a nombre de Pablo y otro para hoy a mi nombre... jejeje Toma, castaña pilonga!!! jajajaja.
El recorrido de este cañon es largísimo, de hecho quien se lo quiere hacer puede tardar días en completarlo. Nosotros no pretendemos tanto. Usaremos toda la jornada para hacer hasta donde podamos.
Se comienza desde el mismo lugar que The Wave, en el mismo aparcamiento; Wire Pass.
Llegado a un punto del sendero, te desvías hacia la izquierda, hay señalización, además de llevar la ruta en el gps. Aún hay restos de la nevada del día anterior. Cuando llegamos a la entrada del cañón propiamente dicho, comienza la experiencia.
Única, es una auténtica gozada encontrarse en ese pasillo estrecho, de formas onduladas, componiendo dibujos alucinantes e ir caminando, sorteando piedras, escalones, troncos, etc... incluso el agua hace acto de presencia y cabe la posibilidad de tener que descalzarse para avanzar. A medida que te adentras la paredes son más altas y la luz, en ocasiones, escasea. Algún que otro tímido rayo de sol te ayuda a entrever el pasillo. La suerte es que nos ha amanecido despejado. En un día nublado habría sido mucho más complicado y agobiante. El sendero, por llamarlo de alguna forma, hay momentos que se ensancha y te permite el respiro y el descanso... pero vuelve a su estrechez de nuevo. Los colores que la piedra refleja pasan del negro más profundo a los rojos, dorados, amarillos y grises más deliciosos. Un placer para los ojos y para el espíritu.
Llegado un punto, nosotros calculamos unos 7 kilómetros más o menos, después de uno de los respiros, encontramos el paso parcialmente cubierto de ramas, piedras y troncos que las lluvias y el viento precipitaron desde arriba hasta el fondo, y es allí donde decidimos comenzar el regreso.
Volviendo sobre nuestros pasos.
Hasta ese momento, estábamos solos... Nuestras voces retumbando en esas paredes de silencio sepulcral... Luego, en el retorno, encontramos a otros excursionistas.
Al llegar de nuevo a la boca de la entrada, tomamos el mismo camino hasta el coche.
Eran las 15'30 y decidimos salir del parque y ver los alrededores del Lake Powell.
Más tarde, al hotel, ducha, cena y cama...
El día de mañana tiene también su aventura.
Viernes, 17 de febrero de 2012.
Dejamos atrás Page y, bien temprano, nos dirigimos hacia el sur.
Hoy nos espera, ni más ni menos, el Gran Cañón del Colorado. La verdad es que por mucho que quieras imaginarlo no llegas a pensar en lo descomunal que es. Ya estando en Page, por donde pasa el río Colorado, que viene del artificial Lake Powell, se pueden ver los grandes cañones por donde fluye su masa de agua y las erosiones tan fabulosas que han hecho sus corrientes. Pues cuando llegas al propiamente denominado Gran Canyon y ves qué es lo que hay, alucinas.
Cuando atravesamos la entrada Este del Colorado National Park ya nos encontramos algunos de sus View Points, desde los que podemos contemplar la magnitud de esta Maravilla de la Naturaleza. Lo cierto es que nos paramos en todos estos miradores para poder admirar tal belleza.
Navajo Point, Lipan Point, Moran Point, Grandview Point, Yaki Point.
La anécdota de este momento del día fue que, saliendo de una de estas terrazas (yo conducía) para ir hacia otra, me paró la policía (vamos, muy parecido a lo que le pasó a mi hermano) pero, esta vez... cuando detengo el coche en un lado de la carretera, se acerca el agente (no era una hija de Utah, era un tío) y nos hace bajar la ventanilla (ya volvíamos a estar cagados del todo)... nos comenta, muy educadamente, todo hay que decirlo, que... 'No problem, sir... Usted podría ir un poco más rápido, por favor, que está yendo muy por debajo de la velocidad permitida y está haciendo cola de vehículos?'... jajajajaja.
Llegamos por fin a Grand Canyon Village, el pueblo que lleva el nombre del parque, y que sus casas se encuentran tan diseminadas y dispersas en el bosque que lo alberga que cuesta trabajo pensar que 'eso' es un pueblo, la verdad. Conseguimos encontrar un pequeño centro comercial y decidimos comer en una pizzería.
Al terminar de comer, y viendo las horas que son, optamos por hacer una pequeña caminata por entre los cientos de senderos que discurren entre el bosque con la intención de divisar de nuevo el Gran Cañón. A lo tonto, a lo tonto, caminamos y caminamos, y cuando nos damos cuenta quedan ya pocas horas de sol, estamos andando totalmente desorientados (yo el primero, lo confieso) y no encontramos el dichoso cañón de los cojones, así que tomamos la decisión de volver sobre nuestros pasos, llegar hasta el coche e intentarlo subidos a él (primera ruta del parque: El Tontorrón Trail, que ya puestos nos hemos hecho los 6 kms. fácil)
Ya en el auto, llegamos hasta el Mather Point, en el Visitor Center, y caminamos un buen rato por el Rim Trail que bordea el Cañón. Vistas de ensueño a la caída de la tarde.
Volvemos al vehículo y nos dirigimos a Tusayan, por la salida sur del parque; el pueblo donde dormiremos.
Buen hotel, buena habitación y buenas noches.
Sábado, 18 de febrero de 2012.
El día despierta claro y luminoso. Tenemos varias opciones para hacer ruta. Barajamos la posiblidad de hacer Hermits Trail, Bright Trail, Tonto Trail o Kaibab South Trail. Decidimos hacer este último. Los dos primeros tienen el punto de salida un poco alejada y, según las recomendaciones de internet, son de dificultad alta y el tercero (Tonto Trail)... ni que decir tiene que el día anterior ya habíamos hecho suficientemente el tonto.
Comienza el sendero desde un desvío que hay en Yaki Point, en el borde Sur del Cañón. La mañana es muy luminosa pero, al ser tan temprano, aún quedan restos de nevadas anteriores y hay hielo en los primeros tramos de la ruta. La visión del estrecho camino, el hielo amenazante y los precipicios no es como para alegrarse. Le echamos 'huevos' y adelante... qué, de dónde somos? de Alicante!!! jajaja. Primera bajada serpenteante hasta llegar a una terraza, la 'Cedar Ridge'. Un poco de respiro y a seguir. Continuamos descendiendo, esta vez un  poco menos acusado, hasta llegar a otro de los descansos en llano, el llamado 'Eskeleton Plateau'. Desde aquí ya se contempla el tercer y último descenso hasta llegar a la intersección con el Tonto Trail y la continuación con el Kaibab North Trail pero esta bajada es bastante más dura y, aquí, Livia y Sergio (que no está muy potable del tobillo) deciden no continuar. Pablo y yo seguimo. Sabemos que bajar no esta siendo complicado pero... subir es otra historia. A pesar de todo, bajamos. En total han sido 7 kilómetros de descenso que luego tendrán que ser hacia arriba. Llegamos al final, nos comemos un plátano,... nos hacemos un cigarrito y a subir.... jajajaja... Ese cigarrito, en el primer tramo, se me sale por el alma!!!!! y detrás va el puto plátano!!! jajajaja.
Pero lo hicimos.
Y eso ya lo podéis poner en la tumba. Fumaba como un condenao pero se hizo el Gran Cañón!!!
Arriba nos esperan nuestros compañeros en el coche. Camino al hotel de Tusayan, el mismo de la noche anterior. Cenita en la habitación del hotel, comentando anécdotas del día y a dormir, que el día siguiente hay más.
Domingo, 19 de febrero de 2012.
Hemos madrugado y en el pueblo ha comenzado una ligera nevada. Suerte la del día anterior que lo tuvimos despejado, hoy no habríamos podido hacer ninguna ruta.
De todas formas, tenemos que dejar el pueblo para continuar nuestro camino y dependiendo de las condiciones climáticas hay varias opciones. Viendo que no son las más adecuadas, nos tomamos el día como de transición, procurando no hacer caminatas y si surge algo por la carretera, parar y verlo.
En principio, ya que está relativamente cerca, vamos buscando la famosa 'Ruta-66' y, cuando la tengamos a mano, nos hacemos las fotos de rigor.
Pues, mira, la encontramos... y nos hemos hecho las instantáneas correspondientes.
Como estamos dirigiéndonos hacia el sur, hasta Flagstaff, para tomar la interestatal  40, que nos deja en Chambers, el siguiente pueblo donde pasaremos una noche, sabemos que de camino hay otro punto de interés; el Petried Forest National Park. Hacia allí nos vamos.
Accedemos al recinto por su entrada Sur con la hora muy ajustada, ya que por el camino nos ha pillado una nevada bastante fuerte, pero entramos. Tenemos que procurar ver lo máximo en el el mínimo tiempo posible. Conseguimos ver lo esencial con un viento y un frío del carajo; grandes zonas sin vegetación y salpicadas de cientos, miles, de troncos enormes petrificados. Muy curioso e interesante. El parque ofrece otras muchas posibilidades, Crystal Forest, Blue Mesa, The Tepees, Painted Desert, etc... pero el tiempo no da para más. Muy al contrario, el ranger no da un toque para que abandonemos el parque.
El sol ya se ha puesto y hay que tomar de nuevo la interestatal 40 para llegar a Chambers. En plena carretera y de noche, comienza a nevar de manera brutal. Apenas se puede ver nada de nada. Conduciendo a ciegas, optamos por no buscar el pueblo ya que el gps tampoco nos aclara bien dónde está, decidimos, viendo unas luces de una gasolinera y un posible motel a lo lejos, preguntar si habría habitaciones libres.
Hemos tenido suerte, después de todo, hay plazas y podremos pasar la noche a cubierto y calientes.
Han sido unas horas de mucha tensión y una ducha, algo de cena y una cama se agradecen.
Mañana será otro día.
Lunes, 20 de febrero de 2012.
Esto es sorprendente!!! Ayer un día de perros y hoy ha amanecido sin una nube. Claro y luminoso pero con los campos cubiertos del manto blanco. El coche helado como un polo. Lo dejamos encendido un buen rato, le ponemos combustible en la gasolinera próxima al hotel y, en este  mismo establecimiento, desayunamos.
Hoy nuestro destino final es Moab pero antes queremos pasar, tomando la carretera 191, por otros lugares interesantes.
Primera parada en Chinle para adentrarnos en el Canyon de Chelly National Monument.
En esta ocasión tenemos la idea de hacer el sendero llamado The Whait House Trail, es el único que no necesita permiso ni guía para realizarlo. Son sólo 2 '4 kms. ida y vuelta.
Este Cañón está practicamente al lado del pueblo de Chinle, en plena reserva de los indios navajos, considerado por ellos como un lugar sagrado. Es una endidura ancha en la tierra, como cortada a cuchillo, de unas paredes verticales perfectas y de una belleza extrema.
En todo este corto recorrido la señalización es muy buena y hay alguna que otra zona en la que está prohibido hacer fotos. Una vez se llega al fondo del cañón se camina hasta unas antiguas ruinas de una pequeña casa; the whait house. En las paredes más próximas se encuentras unos bonitos y delicados petroglifos.
Volvemos al coche y, de nuevo, en busca de otro lugar interesante.
Hacia el norte, desviándonos un poco de nuestro destino final, se encuentra Monument Valley. Creo que ya con esto se dice todo. Este valle, que es en realidad una gran meseta situada a 1700m. sobre el nivel del mar cuyo nacimiento se remonta a unos 70 millones de años, es, quizá, junto al Gran Cañón de lo más popular de esta parte de los EE.UU. Es muy posible que no haya ningún clásico del cine del oeste que no haya sacado alguna imagen de este lugar... La Diligencia, Fort Apache, Centauros del Desierto, El Gran Combate, La Legión Invencible, Río Grande, etc...
Desde luego es un marco espectacular y digno de visitar.
Este recorrido se hace en auto.
Al terminar hemos vuelto a tomar el camino hacia Moab, llegando al atardecer al pueblo.
Hotel, ducha, cena y descanso. Mañana habrá más.
Martes, 21 de febrero de 2012.
Esta primera noche en Moab ha sido estupenda; muy buen hotel y magníficas habitaciones. Después de un buen desayuno (incluído en el precio) comenzamos nuestro día en la zona.
Hoy está previsto pasarlo entero en Arches National Park e intentaremos hacer el máximo de rutas posible. La entrada está muy cercana al hotel y, a primera vista, se aventura una jornada llena de sensaciones.
Iniciamos el recorrido por el parque, al principio, ordenadamente; haciendo el primero de los trails como marca el plano que nos facilita el ranger.
El llamado 'Park Avenue' tiene un pequeño trayecto de 2 kilómetros entre paredes enormes y verticales de una sobrecogedora belleza, haciéndote pensar que estás en una gran avenidad neoyorkina.
Comprobamos que había mucho para ver, y pensando que una de las rutas estrellas estaba justo al final del recorrido, decidimos cambiar el orden de la visita y continuar por el final para acabar en la entrada. Seguimos con un conocido trail del parque, el llamado 'Devils Garden', de 9'6 kilómetros, ida y vuelta, en el que nos encontramos los arcos naturales llamados Tunnel, Pine Tree, Landscape, Partition, Navajo, Double y Private. Sencillamente muy gratificante y hermoso.
Seguimos con el coche camino de la salida y paramos para hacer otro pequeño trail, apenas de unos cientos metros, donde hemos podido contemplar el Double Arch, Cove of Cave, North Window y South Window.
En otra de las paradas, realizamos otro sendero, esta vez de unos 5'4 Kms., para ver el Delicate Arch, uno de los más bellos que yo he visto jamás. Sorprendente. Al regreso del sendero se puede hacer un ligero desvío hasta unas paredes donde hay petroglifos; pinturas claras de cazadores y animales sobre la roca.
Despues de este periplo, y habiendo pasado todo el día, incluída la comida en una de tantas zonas que hay para tales menesteres, regresamos al hotel. Un día muy completo lleno de imágenes en nuestras retinas inolvidables.
Miércoles, 22 de febrero de 2012.
Moab se queda atrás y nos espera un nuevo destino, Capitol Reef.
Los paisajes son distintos a los vistos hasta el momento; mucho más grises y aburridos, incluso a veces nos parece estar en mitad de alguna cementera gigante.
Dentro de Capitol Reef se encuentra Cathedral Valley, con su 'Monte del Sol' y 'Monte de la Luna'. Sinceramente, quedamos algo decepcionados al verlos, las fotos que nos mostraban en internet nos hacían pensar que eran mucho más majestuosos.
Algo curioso, al menos para mi, ya que lo desconocía, fue 'Glass Mountain', una pequeña colina de calcita cristalizada.
Después, un recorrido en auto por Capital Reef, colinas y montañas de formas escalonadas, beteadas en varios colores y con grandes columnas de piedra, que dan la sensación de estar entre las piezas de un enorme órgano.
La siguiente idea es dirigirnos hasta el pueblo de Escalante para ver su cañón pero la tarde se echa encima y optamos por llegar sólo hasta el Dixie National Forest, que está en el camino, un pobladísimo bosque de dimensiones descomunales, entre montañas completamente nevadas. Allí hemos comido (unos sencillos sandwiches) e iniciamos el camino al pueblo que nos da cobijo esta noche; Loa.
Loa es una pequeña localidad de casas dispersas y, sospechosamente, mormona (por las bíblias que encontramos en las habitaciones). Buscamos un supermercado para hacer compra para la cena y el desayuno del día siguiente. Yo creo que la confirmación de la tendencia religiosa de este lugar nos la da que no venden ningún tipo de bebida alcohólica en el establecimiento. Como algo anecdótico diré que al ir a pagar la compra en el cajero ha habido un cruce de sonrisas y miradas entre una joven lugareña y uno de los nuestos... jejeje.
Vuelta al hotel, ducha, cena y a dormir que el próximo día se presenta con mucha carretera.
Jueves, 23 de febrero de 2012.
Último día en EE.UU.
Partimos de Loa, el pueblo mormón de Utah, a muy temprana hora. Unos batidos y unos donuts como desayuno y, seguidamente, la carretera. Hay muchas millas hasta Las Vegas.
El trayecto no ha tenido nada destacable, salvo las primeras horas que han sido de montaña y nos ha estado nevando copiosamente todo el camino.
Llegamos a Las Vegas a eso de las 14'oo (hora de Nevada). Tomamos habitación en el mismo hotel que el primer día en este país, descansamos un rato (alguno que otro pegamos una cabezadita), preparamos las maletas, una ducha y... a aprovechar las pocas horas que nos quedan para disfrutar, ahora ya, de ésta ciudad; otra visión de Norteamérica.
Aunque la urbe es grandiosa, toda su vida se concentra prácticamente en un mismo punto; Las Vegas Boulevar (norte y sur), una avenidad de longitud desmesurada.
Hablar de la noche y Las Vegas, es decir : A-co-jo-nan-te.
La ciudad de los excesos en mayúsculas, coches enormes, edificios interminables, iluminación en todo (hasta las papeleras están iluminadas), gente en las calles a cientos de miles, neones en todas partes, pantallas gigantescas anunciando cualquier cosa por todos lados, músicas de todos los estilos rodeando cualquier rincón, etc... ahhh, y máquinas tragaperras hasta en el aseo!!!
Cientos de hoteles, cada cual más grande, más original en su diseño, más adornado con millones de bombillas, con los jardines más alucinantes, con el casino más llamativo... que el anterior.
Nosotros, que venimos del campo (ya ves que el último pueblo era el de los mormones) terminamos nuestro recorrido allí y parecemos... los catetos en dinerolandia.
Pero... lo disfrutamos. Hemos recorrido toda la avenida, hemos visto y hecho todo lo que hemos podido... el espectáculo del lago 'sincronización agua-música' del Hotel Bellagio, la batalla pirata en la bahía de las sirenas en Treasure Island, la explosión del volcán en el Hotel Mirage, hemos subido a la alucinante montaña rusa del Hotel New York-New York, hemos echado unas monedas en las máquinas del casino, hemos cenado en un estupendo mexicano, etc...
Con todo esto en nuestros cansados cuerpos...
Viernes, 24 de febrero de 2012.
Ya sólo nos queda coger nuestros equipajes, devolver el coche a la agencia, tomar el bus del McCarran International Airport y... regresar a España (nada, total sólo han sido unas 14 horas de vuelo, más el tiempo que se está esperando en los distintos aeropuertos, Las Vegas-Philadelphia-Madrid-Alicante) pero... una cosa hay que decir...
VAYA PEDAZO DE VIAJE!!!